Hoy celebramos el día de la Comunidad Valenciana, y es un buen momento para reflexionar sobre la necesidad de mantener una estructura administrativa de semejantes dimensiones. Hablar de su eficacia, o de su penetración en el tejido social de Alicante, Castellón y Valencia.
Es una buena ocasión para pensar sobre la multiplicidad que se produce en la gestión de servicios y si resulta eficiente, además de económicamente sostenible.
Al margen de consideraciones históricas, o sentimentales, todas ellas dignas de consideración, la realidad se impone y nos exije analizar cuidadosamente estas y otras reflexiones al respecto.
La actual situación mundial, el desplazamiento del eje economico-financiero del mundo, (existen intereses expúreos para que Europa no se presente unida en una sóla voz en la mesa internacional) y nuestra posición en el concierto mundial nos obliga a repensar el Estado y a redimensionar la Administración de ese Estado.
Admistración General del Estado Central y sus correspondientes administraciones periféricas. Administración General del Gobierno Autónomo y sus administraciones periféricas. Administración Local: Ayuntamientos y Diputaciones.
La superposición de unos servicios sobre otros, el cruce de administraciones, la prestación por cuenta ajena (caso de los servicios sociales, dependientes de lod Gobiernos Autónomos, que en buena parte son asumidos por la administración local, etc).
Resulta infame no parar un momento y dedicar unos instantes a repensar el Estado. Sólo digo eso, repensarlo, para que sea más eficaz, más eficiente, y que los ciudadanos podamos soportar la pesada losa que cae sobre nuestras espalda.
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